lunes, 4 de mayo de 2009

PALABRAS QUE NOS LLEGAN


El sábado pasado, estuvimos de cantorío en OTRA PARTE.

LA MÚSICA CARRANGUERA, sonó en el lugar de Fernando Gonzáles.

A los concurrentes amigos los unos, próximos por primera vez los otros, desconocidos se vale para algunos; les alborotó el alma los surrungueos de un género musical que con sus letras y melodias nos ha ido convenciendo de que nuestro Territorio Sonoro va más allá de la geografía y los concejos comunales.

Un amigable encuentro donde nos permitimos por primera vez en la ciudad, en un lugar de renombre cultural, hablar de lo popular y lo campesino sin tener que rayar en la vulgaridad y lo ordinario.

LA MÚSICA CARRANGUERA en Colombia es un movimiento que involucra a humanistas, investigadores, intelectuales y hasta a músicos.

Fue la primera de una serie de tertulias que haremos a lo largo de Todo el País, para ir convocándonos en torno a las músicas nuestras, a esas coplas, retahilas, dichos, trovas y cantas que entre sus líneas contienen las pistas para el retorno de nuestra identidad perdida.

Un amigo muy nuestro, de esos que parecen muy silenciosos pero que cuando hablan o escriben demuestran que no están perdiendo el tiempo en inutilidades,

¡válganos señor qué decimos! podría hacernos incurrir en el vértigo de sentirnos importantes... pero con amigos así decidimos correr el riesgo; por eso compartimos el siguiente texto que nos envió (se llama Hernan, pero no digan, publicaremos el texto con su seudónimo: "h")


PALABRAS QUE NO ME CALLO


Quizás las razones para cantar son las mismas que para callar,

Quizás las razones para decir son las mismas que para callar,

Quizás las razones para escribir son las mismas que para callar…

La diferencia es que cuando callamos dejamos al otro sin saberlas y nos las quedamos para nosotros.

¡QUE VIVA el que canta, el que dice y el que hace!, porque conjuran el silencio y le arrancan sus secretos.

¡Que valientes que son!, tienen el mismo miedo que los silentes pero no callan.

Su dicho, su letra, su hecho es su esencia puesta a la luz para otros, pero también para si mismos y es así como el propio canto se hace fortaleza, compañía y esperanza.

Siempre tendremos disculpas para callar, pero ustedes nos recuerdan que las mismas disculpas que nos sirven para escondernos en el silencio, sirven para sonreír o cantar, nos acuerdan que cuando cantas te acompañas, aunque solo lo hagas para ti mismo y siempre será mucho más fácil sonreír cuando te sientes un poco menos solo.

Gracias por tu canto, ¡gracias por no callar¡


h

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